Cumplir otros de mis sueños: viajar a otro país

Estefanía Flores Montesinos

La travesía de vivir una experiencia de movilidad estudiantil a nivel internacional no inició cuando me subí al avión y viajé por primera vez a un país totalmente desconocido, comenzó cuando me enteré que la convocatoria para ganar ese mismo viaje había salido para la comunidad estudiantil.

Fueron muchas cosas las que pasaron por mi cabeza en esos momentos, una oportunidad así no se da todos los días y sabía también que tenía compañeros que al igual que yo, pondrían todo su esfuerzo para ganarlo.

Gracias al apoyo y orientación de mi familia, mis padres principalmente, y de igual manera de maestros que me alentaban en el concurso, logré cumplir uno de mis sueños: viajar a otro país; y, por supuesto, la emoción mayor fue porque podría conocer la cultura y las tradiciones de un país tan asombroso como Argentina, profundizar mis conocimientos de la carrera que estoy estudiando y amando cada día un poco más, la Criminalística.

Al momento en que bajé del avión y pisé por primera vez tierras argentinas me di cuenta de que esto era real, de verdad estaba ahí, y no iba a desperdiciar ni un segundo mi estadía en ese maravilloso país. Afortunadamente me recibió el profesor Maximiliano Bron, conocido ya por algunos estudiantes, pues es el encargado de los intercambios entre la Universidad Nacional de la Rioja y el Colegio Jurista.

Puedo decirlo con seguridad, no hay mejor persona para recibirme porque, a pesar de que no tuve la oportunidad de compartir mucho tiempo con él, me hizo sentir como en casa desde el inicio hasta el final de mi viaje.

Cuando por fin llegué a la Universidad, no hubo manera alguna que los bellísimos paisajes alrededor de todo el campus, no se robaran toda mi atención; posteriormente, la gente que trabaja en la universidad me recibió con los brazos abiertos, brindándome seguridad y confianza, algo que me hizo sentir con mucha paz y tranquilidad, porque a pesar de que me encontraba lejos de mi hogar, sabía que iba a estar segura y protegida durante el tiempo que estuviera ahí.

Al iniciar las clases con el cronograma que se me había entregado anticipadamente, empezó toda la diversión. Tuve la oportunidad de conocer mi carrera desde otro punto de vista, pues al tratarse de otro país, las leyes y normas con que se trabaja son diferentes, al igual que la manera en cómo los servicios periciales operan; por ende, la información brindada en cada una de las clases fue algo nuevo para mí, aun cuando los principios de la criminalística sean universales y estén basados sobre los mismos conocimientos.

Curiosamente, me tocó en repetidas ocasiones hablar frente a los estudiantes de distintos años de la carrera sobre la manera en cómo se trabaja en México respecto del ámbito forense y pericial. De igual forma, sobre la situación y las causas que involucran el auge de violencia que se vive, desafortunadamente, ahora en nuestro país; un tema que les intriga en demasía y causa muchísima curiosidad, particularmente, la delincuencia organizada y cómo es que los grandes capos han logrado controlar las diferentes zonas de la República mexicana con el negocio del narcotráfico.

Todo ello, derivado de que ellos gozan de una afortunada situación de seguridad, hasta cierto punto buena, y que los índices de hechos delictivos o criminales en La Rioja son, por mucho, más bajos en comparación con México. Aparte, es una provincia que no se encuentra tan urbanizada como el caso de las grandes ciudades que se encuentran a sus alrededores. Y, bueno, claramente no podía faltar un poco de humor, en preguntas sobre nuestra gastronomía y cómo es que los mexicanos consumimos cantidades casi industriales de picante en la mayoría de nuestras comidas, y claro, no podía faltar el contarles un poco acerca de las hermosas tradiciones y costumbres de la cultura mexicana en general, haciéndome sentir muy orgullosa del lugar en que nací.

Afortunadamente las clases que me fueron asignadas estaban relacionadas con los temas forenses de mi interés, por lo que tuve la oportunidad de platicar con los catedráticos de cada materia, quienes resolvían con muchísima amabilidad y paciencia todas mis preguntas, al igual que yo respondía las suyas de la misma manera e, incluso, podría decir que con algunos de ellos generé un vínculo amistoso pues su trato me resulto muy cómodo, considerado e incluso, simpático, ya que uno de los profesores de ahí organizó para mí un tour por toda la ciudad con la finalidad de que, además de mi carrera, conociera un poco sobre la historia, la infraestructura y claro la cultura de La Rioja.

Por la noche, el director de la carrera, el Licenciado Javier Villavicencio, me abrió las puertas de su hogar y cocinó para mí el característico y tradicional asado argentino, que por cierto, tengo que decirlo, fue la mejor carne que he probado hasta ahora; en fin, me faltaron palabras para agradecerles la hospitalidad que me brindaron cada uno de ellos, son magníficas personas y excelentes profesionistas, son increíbles seres humanos.

En los ratos libres, pude coincidir y convivir con varios estudiantes de la universidad, no sólo con quienes estudian criminalística, sino también con los chicos de otras carreras, fue una de las mejores experiencias que pude haber tenido

allá, pues al igual que yo, estaban jóvenes de otros países por intercambios estudiantiles, con la diferencia de que ellos estarían ahí en una estadía más extensa.

Conocí gente de Perú, Bolivia e incluso de Brasil, y a pesar de eso, yo no me sentía extraña, ya que el ambiente que se vivía en la comunidad estudiantil irradiaba muy buena vibra, desde el momento mismo que llegué lo percibí, todos sin excepción alguna me trataron de una manera inigualable.

Tuve la oportunidad de conocer y visitar el Departamento de la Policía Judicial, acompañada siempre de las chicas que desde un inicio hicieron mi estadía en La Rioja más que perfecta.

En esa institución trabajan varios de los catedráticos que conocí en las clases, ello hizo que visita se tornara muy amena y, por supuesto, los peritos de ese lugar se comportaron muy amables, explicando con detalle los instrumentos con que ellos se apoyan para realizar sus pericias y debidos informes o dictámenes. A pesar de tratarse de una provincia pequeña y poco poblada, cuentan con tecnología que, incluso, no había tenido la oportunidad de ver aquí, en la Fiscalía del Estado de Morelos, por ejemplo, drones para la realización de planos más precisos del lugar que se busca investigar, aunque por otro lado también disponían de ciertos instrumentos un poco desactualizados, como su recuperador balístico que consistía más bien en un tanque metálico relleno con el material con el que van los chalecos antibalas, pero eso no impedía que realizaran sus pericias de una manera precisa, objetiva y muy completa.

Otro de los profesores que tuve el placer de conocer, trabaja en la división de criminalística y muy amablemente también nos invitó a visitar su lugar de trabajo.

La cortesía seguía presentándose por todas partes y no perdía ninguna oportunidad de adquirir nuevos conocimientos y aprendizajes en cada una de estas visitas; en esa ocasión, me sorprendió mucho la manera en cómo el ingenio de todos ellos va contra toda situación que se les presenta, pues me comentaron que en ocasiones el presupuesto no les permite trabajar con los insumos adecuados o suficientes para cada intervención, o incluso con los instrumentos tecnológicos necesarios, por ello, se han dado a la tarea de crearlos ellos mismos con las herramientas que tienen a su alcance, como fue el caso específico de un microscopio comparador balístico USB, que fue diseñado, creado y ensamblado precisamente por un alumno de la universidad, dato que me sorprendió muchísimo, y que me dejó muy en claro algo, los obstáculos los crea uno mismo y mientras ames lo que haces, trabajes con pasión y logres superarte cada día, en lugar de buscar problemas, encontrarás soluciones.

Obviamente, no pudieron faltar las convivencias y salidas organizadas por los estudiantes para que yo tuviera la oportunidad de conocer más profundamente su forma de vivir, y cómo llevan su día a día, su manera tan simple para relajarse y disfrutar la vida como si no hubiera un mañana es admirable. Compartiendo pláticas y risas interminables, aprendí muchas cosas de ellos, su independencia me sorprendió muchísimo, su hospitalidad fue infinita y la amistad que forjé con ellos, lo digo con sinceridad, no se encuentra a la vuelta de la esquina; esta fue mi primera vez en ese asombroso lugar y estoy segura que no será la última.

Es imposible no agradecerle a todas las personas que hicieron de mi estadía la mejor experiencia que he tenido a lo largo de mi corta vida, no puedo dejar de mencionar el ambiente tan acogedor en que me vi envuelta todo el tiempo, me hicieron sentir especial, me hicieron sentir parte de su comunidad, como si los conociera de toda la vida en tan poco tiempo, se me hace algo increíble; la combinación entre la adquisición de nuevos conocimientos sobre algo que me apasiona, la carrera profesional que estudio, y el interactuar con una cultura ajena a la mía, lo vuelve algo impresionante, haber tenido la oportunidad de pertenecer al programa de movilidad estudiantil a nivel internacional amplió de manera muy significativa mis objetivos, tanto personales como profesionales. Al realizar la comparativa, de la situación actual que vivimos en México, hablando no solamente del ámbito forense o pericial, sino también en cuanto al aspecto social y cultural, aparte del tema de la inseguridad y los índices delictivos tan altos que se presentan actualmente en el país.

Esta experiencia, sin lugar a duda, me motiva a seguir preparándome todos los días y amplía mis aspiraciones profesionales de una manera impresionante.

Por supuesto, no me puede faltar el agradecimiento infinito que le doy a esta institución educativa, por otorgar a la comunidad estudiantil este tipo de oportunidades y becas para reconocer de una manera tan asertiva el esfuerzo académico que cada uno de nosotros hace para superarnos día a día, no sólo como profesionistas, sino también como seres humanos.

Gracias a todo esto, me doy cuenta que tomé una buena decisión al elegir esta carrera, y que me encuentro en el lugar y momento indicado, me apasiona lo que hago y gracias al Colegio Jurista pude darme cuenta de mi potencial y del que puedo tener en un futuro no muy lejano.