David y Goliat

Cinco lecciones del pasaje bíblico para el éxito empresarial:

1. Los retos generan grandes oportunidades.

Si las pequeñas y medianas empresas, como las universidades “boutique”, optan por ver a las compañías grandes como fuerzas motivadoras y no como amenazas, mejoran las habilidades para tomar decisiones en ambientes de incertidumbre. Por el contrario, si sólo se observan como enormes enemigos por vencer se bloquean soluciones y paralizan acciones de sobrevivencia y triunfo. 

El miedo bloquea nuestros mecanismos de defensa y respuesta a las expectativas de mercado. Observar la competencia como oportunidades de crear y/o mejorar nuestras habilidades permite improvisar y echar mano de todos los recursos posibles.

2. Establecer metas altas, más allá de la luna.

Vencer a un gigante implica la determinación de traspasar fronteras físicas, preconcebidas como reales. Si se opta por traspasar lo convencional los resultados pueden ser asombrosos. No pensar en darle a la cabeza del gigante sino hallar cómo treparnos a la luna, puede generar una visión de negocio más sólida y creativa.

3. Multiplicar recursos.

¿Con qué recursos cuentas ahora? A diferencia de las empresas de antes de 1985, concretamente, una organización se construye con ideas e ingenio, no con activos materiales. La “piedra” con la que David derribó a Goliat simboliza el ingenio para capitalizar el crecimiento, a veces por medios no convencionales. No se restringe emplear armas recomendadas para el ataque como lanzas… a veces una simple piedra y una honda bastan.

4. Sumar simpatizantes. “Se necesita un pueblo”.

La motivación para triunfar en los negocios y la vida no procede de una sola fuente, sino de amigos, asesores familiares, clientes, proveedores e incluso competidores. Estas redes diversas proveen revisiones y balances para que los emprendedores ajusten su enfoque personal, su modelo de negocios o ambos. La sociedad nos provee de retroalimentación sobre nuestra mística y acciones, pero también es la motivación más fuerte. La cercanía con la gente infunde fuerza, sentido y compromiso.

David triunfa por un ánimo propio, pero es factible que también obtenga la motivación del ambiente, como esos luchadores legendarios que se acercan al ring llenos de los vítores de sus seguidores.

5. Planear.

Las mejores decisiones de negocios y vida se toman cuando se investigan y analizan los entornos en que actuaremos, es decir, cuando se tiene conocimiento previo de los competidores que enfrentaremos o de los problemas que deberemos resolver. David analizó los puntos débiles de Goliat y le apuntó a la cabeza para derribarlo. El plan de acción marca la diferencia entre la suerte y la certeza.

Es imposible participar en un mercado si no se tiene un amplio estudio previo. La planeación antecede al éxito.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *