Hace 10 años surgió una universidad que desafió la moda imperante de la educación por competencias y le apostó a otros modelos educativos como las inteligencias múltiples, el modelo reformista o el paradigma constructivista para destacar los valores únicos de cada estudiante de preparatoria, licenciatura y posgrado. El resultado es que de esta institución actualmente egresan no sólo profesionistas sino agentes de cambio.
“Es el beneficio por apostar a la innovación, por rebasar las expectativas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de formar sólo personal apto para el mercado laboral, es ir más allá y formar profesionistas propositivos que aporten a la sociedad”, menciona Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista.
Se trata de la primera institución en Morelos de Educación Superior especializada en las Ciencias Jurídicas y forenses donde estudian los ganadores de Concursos Universitarios de Juicios Orales de los tres circuitos más importantes de México. También es la primera universidad en Morelos en impartir la Licenciatura en Criminalística y la única que posee un acuerdo de colaboración con la Universidad Siglo XXI en Argentina, Universidad de Mendoza, Universidad Mayor de Chile y la Universidad de la Rioja en Argentina.
Actualmente este Colegio posee 60 asignaturas de formación complementarias y es la primera institución en el estado especializada en ciencias jurídicas. “Ahí se cursan materias teórico- prácticas y los alumnos reciben cátedra de los docentes que actualmente se encuentran en las áreas laborales específicas del Derecho, Tribunales, Suprema Corte de Justicia y procuradurías de Justicia”, menciona Manrique.
El objetivo es enaltecer la abogacía través de la formación de profesionales del área de Derecho y la Criminalística, por lo que se fortalecen competencias, habilidades, actitudes y valores que permitan a los egresados convertirse en agentes de cambio para el país. Generar esta actitud, rehusarse a sólo seguir políticas ya establecidas y estándares pre-delineados, implica que a cada alumno se le reconozcan individualidad y habilidades. “No es un número más en la lista, sino un individuo al que se le exhorta a aportar, innovar y desarrollar nuevas visiones que satisfagan necesidades y expectativas de mercado. Un ser al que se reconoce y se le reta desde el aula”.
Para el Rector, la universidad actual debe dejar de ser una fábrica de egresados pragmáticos para el campo laboral y comenzar a formar profesionistas propositivos, entregados a causas humanitarias y sociales. “No se trata de formar especialistas que sólo generen productividad laboral, sino que logren mayor vinculación humanitaria y social, que coparticipen en entornos más justos, morales y armónicos, que el talento individual sume para el bien general”.
El empeño por formar profesionistas exitosos y que simultáneamente se catapulte el talento de cada estudiante, es una meta en la que se impone la calidad académica. “Buscamos profesores comprometidos con el Derecho y la Criminalística, conocedores de la manera de instaurar los conocimientos y habilidades en el día a día. Nuestros profesores suman más de 500 años de experiencia laboral”.
Existen tres características para que los egresados de las universidades respondan al campo laboral actual y se conviertan, al mismo tiempo, en agentes de cambio: práctica profesional, certámenes que les permitan desarrollar destrezas y respuestas inmediatas y, finalmente, oportunidades de aprendizaje a nivel internacional mediante acuerdos con otras universidades.
