Los delitos cibernéticos varían de extorsión en línea y robo de identidad a fraude financiero y estafas de subastas por Internet. En general los ilícitos en línea evolucionan rápidamente y el único factor común es que los perpetran ladrones de cuello blanco.
Conoce estos cibercrímenes:
- Estafa de subasta de PlayStation en línea. Las víctimas de esta estafa reciben correos electrónicos no solicitados en donde se les informa que su anuncio de un Sony PlayStation y otros accesorios se publicó. El mensaje incluso contiene un número de confirmación. Sin embargo algunas de las víctimas dicen no tener una cuenta para participar en subastas en línea. El objetivo de esta estafa es adquirir información personal de las víctimas, incluyendo datos personales, contraseñas y números de tarjetas de crédito.
- Estafas de demandas colectivas masivas. Algunas víctimas refieren que recibieron una carta de un despacho de abogados que les informa que son posibles demandantes en un juicio colectivo en contra de la compañía dueña de su préstamo hipotecario. El despacho de abogados promete varias cosas y ofrece servicios legales y de litigio a cambio de tarifas no reembolsables y pagadas por adelantado de entre $2,000 y $5,000. Sin embargo esto es una estafa. Los abogados que buscan a demandantes para juicios colectivos no solicitan comisiones por adelantado y típicamente se les paga una vez que ganan el juicio o llegan a un acuerdo a favor de sus clientes. Otra variación de este engaño se genera con juicios colectivos contra productos de consumo o empresas farmacéuticas.
- Correos electrónicos con información que parece ser oficial. Varias agencias del gobierno así como oficiales de alto rango son el blanco de ataques de spam o mensajes electrónicos no solicitados ya que contienen virus u otros programas malignos para la computadora. Los “ganchos” son supuestos premios, herencias o corroboración de datos.
“Los crímenes cibernéticos hacen nuevos los viejos delitos. Se trata de engañar y la tecnología de la información permite generar mayor desconcierto a miembros de la generación X, baby bommers e incluso mayores. Los nuevos ladrones del cuello blanco son menores a los 23 años y en 73% de los casos cuentan con un grado universitario y pertenecen a las clases socieconómicas A,B y C”.
