Reinvención de las universidades

Por Jorge Manuel Manrique Morteo, Rector del Colegio Jurista

La sabiduría convencional no permanecerá inalterable en la era pos pandémica. Deberán reinventarse las maneras de compartir conocimiento, servir y generar investigación. El Covid-19 acentuó disparidades preocupantes como la deserción escolar, que era del 40% entre los estudiantes blancos estadounidenses en 2017. 

Ahora, los alumnos de bajos ingresos tienen 55% más de probabilidad de retrasar su graduación respecto a los que tienen mayores percepciones. Esto, mientras las instituciones se enfrentan a la caída de ingresos y aumento de los costos de salud y seguridad. 

Las iniciativas de asequibilidad, e-learning y otras formas creativas de apoyar a sus estudiantes cuando recién inició la pandemia, ahora deberán multiplicarse por un lapso de al menos cinco o diez años. 

Ante el imperativo de subsistir, las universidades pueden desvirtuar su propósito central o generar valores agregados que no repercuten en el incremento de su matrícula. Ante esto, vale remarcar cinco áreas cruciales para reinventar las universidades. 

Diferenciación 

La pregunta clave es: “¿Por qué debería ser conocida mi institución?” Hay muchas maneras de diferenciar, hacerlo puede servir a las universidades y a sus estudiantes mejor que las normas convencionales porque permitirá identificar y priorizar lo que hace única a una universidad, especializarse o hacer menos cosas mejor para mejorar los resultados. Y también crear un perfil distintivo para ser una fuente de resiliencia y permitir que las instituciones sobrevivan después de una crisis. 

¿Cómo podemos construir una institución diversa e inclusiva? 

En la diversidad e inclusión hay lagunas considerables. Los líderes deben actuar con un sentido de urgencia, buscar oportunidades para fortalecer la diversidad e inclusión en todas sus instituciones, desde rediseñar el reclutamiento de estudiantes hasta actualizar la medición del desempeño de los docentes. Ello puede requerir nuevas iniciativas estratégicas y medidas de rendición de cuentas, crear programas para fomentar oportunidades de diálogo entre grupos y promover el entendimiento entre carreras. 

¿Qué servicios son necesarios para crear una experiencia estudiantil de alta calidad? 

La sabiduría convencional: Además del aprendizaje, las instituciones de educación superior deben responder a una amplia gama de deseos y necesidades de los estudiantes. 

Las instituciones de educación superior quieren ofrecer una experiencia agradable, y algunos servicios estudiantiles son esenciales, pero desde 2010, los costos de los servicios estudiantiles aumentan más rápido que los costos de instrucción e investigación. 

Así, se debe distinguir entre lo que a los estudiantes les gusta y lo que es necesario para servir a la misión educativa. Conviene analizar proporcionar menos servicios auxiliares pero mejores. 

¿Qué canales y modelos de entrega debemos utilizar? 

Determinar qué combinación de aprendizaje remoto y en persona ofrece la más alta calidad educativa y equidad. A medida que las instituciones refinan este modelo híbrido, tienen una oportunidad única en una generación de reconfigurar su uso del espacio físico y virtual. Pueden reducir el número de grandes salas de conferencias, por ejemplo, y convertirlas en cápsulas de trabajo flexibles o espacios de rendimiento o generar cursos diversos en los meses de verano. 

¿Cuál es nuestro modelo de negocio? 

Las universidades deben reimaginar sus modelos de negocio y considerar nuevas formas de operar, ya sea de forma independiente o a través de asociaciones que logran los mismos objetivos, a menor costo.

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