Por Jorge Manuel Manrique Morteo, Rector del Colegio Jurista
Estamos en una era donde el consumo colaborativo, uso de redes sociales y tecnologías en tiempo real nos llevan a comportamientos análogos al trueque, o sea, a intercambiar o compartir un artículo.Vivimos una economía donde lo mío es tuyo y donde la confianza en el otro es la piedra angular de todo el proceso.
El consumo colaborativo es el inicio de una transformación en nuestra manera de pensar sobre la oferta y la demanda. La tecnología incrementa la eficiencia y el tejido social de confianza hace que compartir cosas sea más fácil. Llegar a ese punto de colaboración y confianza con el nicho de mercado adecuado requiere:
1. Identificar las propias habilidades. Las personas se percatan del poder de la tecnología para liberar la capacidad que se tiene en desuso y dar valor a toda clase de activos, desde habilidades hasta espacios o posesiones materiales, que antes no habían identificado que podían ser útiles para alguien más.
2. Tener en cuenta que el uso que se le da a las cosas y las experiencias que se pueden vivir con ellas. Ya es obsoleto el interés en adquirir bienes que terminan archivados en el armario o en los estantes de la biblioteca, porque sólo se usan una vez.
3. Aprovechar la tecnología para crear confianza: en la red hay millones de aplicaciones o redes sociales que segmentan los nichos de mercado de acuerdo con sus necesidades o gustos. Esto permite que se pase de ser consumidor pasivo a creador de contenidos con una simple publicación. A través de estos medios se puede recolectar información que está a la vista de todos los miembros de dicha comunidad. Comentarios, likes y recomendaciones se convierten, así, en el punto diferencial que permitirá llegar a más público gracias a una reputación más reconocida.
4. Buscar personas, no transacciones. Los nuevos microempresarios de la era digital deben basarse en el relacionamiento de personas y no en transacciones vacías. Se trata de empoderarse de su idea de negocio a través del consumo colaborativo y encontrar conexiones significativas.
5. Pasar de una época de derroche a una más autosostenible. Centrarse en brindar experiencias agradables y únicas ofrece mayores posibilidades para que su reputación sea óptima y, por ende, la confianza del posible cliente hacia usted determine su éxito en la transacción.
6. La reputación es el eje. Cada persona tiene la capacidad de moldear su reputación. Sólo debe empezar por escuchar a su nicho de mercado y tomar decisiones de acuerdo con los datos que recolecte. Hay que entender que la reputación tiene un valor y éste se convertirá en una especie de “moneda de la suerte” que determinará si alguien confía o no en usted.
7. Las redes de confianza y el capital de reputación que generan éstas, reinventarán los conceptos que se tienen sobre la riqueza, mercados, poder e identidad personal.Por ello, es necesario crear vínculos de confianza con su público objetivo. Un cliente feliz traerá siete posibles clientes, sólo debe crear ideas llamativas que lo hagan único y marcar así la diferencia en el mercado.
Esta fórmula no sólo lo hará único, sino también especial para su nicho y, en la medida que esto ocurra, su reputación se afianzará.En el Colegio Jurista, también aprendemos a confiar y ser confiables.
Es nuestra columna vertebral.
